Javi Puado creció en el Poble Sec, como Serrat. Un barrio en el que las cicatrices se llevan con tanto orgullo como el arte. Es también uno de los grandes responsables de que el Espanyol se haya proclamado campeón de Segunda. Y aún le quedan balas esta temporada. No contento con haber pasado de futbolista sospechoso en Cornellà -con cesión incluida al Zaragoza- a héroe blanquiazul, Puado se ha propuesto ser referencial en la selección española sub 21. Un partido memorable y dos goles, el segundo de ellos tras burlar a dos defensas y el portero en la prórroga, alojan al combinado de Luis de la Fuente en las semifinales del Europeo.
Pocos habían reparado en Croacia, pese a que ya se las había apañado para eliminar a Inglaterra. El conjunto balcánico, que no había disputado nunca una fase final del torneo continental de la categoría, llevó al límite en Maribor a España, pentacampeona de la competición y que defiende el título conquistado hace dos años en Bari. Arrancaron los croatas una prórroga en el minuto 94 después de un penalti inocente de Hugo Guillamón en esos momentos en que la irresponsabilidad conlleva la pena. Y España, que había alcanzado cierto alivio gracias a un primer tanto de Puado tras asistencia de Bryan Gil, tuvo que comenzar a lamentar un 0-2 que nunca fue por culpa de otro error clamoroso, éste de Yeremi Pino a boca de gol. Hasta que Puado zanjó toda discusión en el minuto 110 con una carrera de 50 metros y tantos recortes como hizo falta hasta encontrar el hueco apropiado entre sus rivales para llevar la pelota a la escuadra.